viernes, 16 de mayo de 2014
Evoluciones del alma
Estoy entusiasmado con mi novela, o sea, quiero decir con Expiación. Ayer tuve algo así como una iluminación repentina. Hasta pienso que pudo venir del «más allá», tal vez de Angelines. Me explicaré: Pasaba por un momento depresivo, pensando que estaba aburrido de la vida y diciéndome que no me importaría morir en aquel momento, que no estaba de ninguna manera sujeto a ella, que entendía que mi vida, como la de cualquier persona, tenía que tener un final. No me iba a suicidar, pero deseaba fervientemente que me llegara la hora… La idea era tan negativa, tan sobrecogedora, que me senté frente la fotografía de Angelines a continuar con estas reflexiones frente a ella con la esperanza de recibir algún consejo, alguna indicación. Repentinamente, sin que yo lo provocara, mi cerebro fue invadido por una idea que no puedo decir ni de dónde vino porque mi mente en aquel momento se encontraba muy lejos de esta narración. Empecé a pensar en Expiación, así, de forma espontánea, sin que se tratara de algo provocado por mí, ya que es una novela que la tengo comenzada pero que ahora la tenía medio abandonada (estoy con otra que se llamará Orquitis). Pero inmediatamente de ese «toque», me puse a pensar en la forma narrativa que debía tener, en el estilo, en lo que iba a decir y cómo decirlo, en la personalidad de Pedro (el personaje)… Así que de repente me vi envuelto en ella, dedicado hacia esa novela casi olvidada con todo mi afán y mi fervor, decidido a ponerme a escribir en aquel mismo momento. Pensé en cuál sería la personalidad de Pedro, en sus conversaciones, en que ya tenía escritos en mis blogs unos cuantos pensamientos relacionados, porque reflejaban muchos aspectos de mi personalidad, que solo tendría que trasladarlos. Sobre todo, pensé en Pedro cuando era niño, en qué clase de niño sería. Me envolví tratando de recordar mi niñez y cómo aprovecharla para aplicársela a Pedro. Y en ese punto me puse a escribir, a plasmar todas mis ideas resumidas acerca de de esta novela. Y así se me pasó todo el día. Y en ello estoy.
Claro, mi pensamiento negativo acerca de mí se me pasó…
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