lunes, 28 de agosto de 2017

Volviendo al martirio...


Cuando tomé la decisión de volver con mis blogs, pensaba que todo me volvería a ser fácil, o igual que antes. Pero me he llevado la sorpresa de que las cosas no son lo mismo. Antes, cuando vivía en Puerto Rico, todo lo que pensaba podía trasladarlo a la caligrafía y publicarlo, buscar alguna fotografía conforme con mi pensamiento y presentarlo todo en este blog llamado Confidencias de un extraño. Pero ahora ya veo que nada es igual. Serán los años (estoy en los 85) o la falta de interés, o la escasa motivación (sobre este asunto de la motivación hablaré en un futuro), o el instinto del fracaso, o el pensamiento de que la gente carga con sus problemas para que le vengan con otros nuevos... Aquí en Valencia, donde vivo ahora, suelo desayunar en mi terraza y mientras me tomo mi desayuno veo a la gente yendo y viniendo, sacando a sus perros, haciendo parte de las compras del día, todos sumidos en tus tristes pensamientos o fastidiados por tener que ir a trabajar (un trabajo que por lo general no les gusta) muy a pesar de sí mismos, con una cara de desesperación o de desencanto. ¿Es la vida así?, me pregunto, ¿tan desabrida y falta de encanto? Bueno, perdonen esta forme tan desabrida de recomenzar. Tal vez estoy un poco decaído... Quizá el próximo sea mejor pensado.