sábado, 4 de enero de 2014

¿Existirá un método de vida?
¿Cómo se habrá construido la vida? ¿Cómo se habrán ido imponiendo las costumbres a medida que pasaba el tiempo? ¿Habremos sido portadores de un método trazado desde el principio de los tiempos por algún omnipotente o colosal organizador celestial o habrá ido surgiendo así porque sí, debido a los imposiciones sociales o a los mitos que se fueron desarrollando según se vivían? Por ejemplo, pudiera ser que el sentimiento del pudor, a medida que algunos actos realizados en público (tomemos como ejemplo la actividad sexual) comenzaron a producir cierta vergüenza, obligaron a los humanos a acometerlos en la intimidad o en la parte más oscura y retirada de la cueva. Posiblemente eso fue lo que les animó a vivir en parejas, para mantener una vida íntima sin críticas por parte del vecino. O también pudo deberse al reparto del trabajo, o a las imposiciones de los más fuertes sobre los más débiles, o por el ejercicio de la guerra y de la caza que obligaba a los hombres a agruparse en bandas o ejércitos y, entonces, las mujeres, para evitar participar en actos violentos, simulaban limpiar la cueva mientras el marido se partía la cara con el vecino. ¿O sería porque fue pactado así desde los primeros días (es decir, imponiéndose el método de «oye: mientras yo voy a cazar o a pelear con las otras tribus, tú cuidas de la casa, pasas la aspiradora y tienes cuidado de los hijos, ¿vale?»)? ¿Se agruparían los primeros seres en familias? ¿Se casarían entre ellos? ¿Existirían ya desde un principio los homosexuales y las lesbianas o eso vendría después creado por la «civilización» subsiguiente? Yo hay veces que me pregunto, ¿pero cómo ha podido formarse este tinglado y cuál ha sido su finalidad? Porque a mí ese asunto del «azar y la necesidad» que pregonan los científicos no me convence nada. Y menos aún la idea de un Dios chasqueando los dedos y diciendo: «¡Hágase la luz!». Porque además de la imposibilidad física que representa ser poseedor de tal poder (nadie saca nada de la nada), ¿para qué iba a malgastar su tiempo un ser tan grandioso construyendo este mundo sin una finalidad tangible?
A pesar de ello, no hay duda que la creación tiene cierta magia y parece como si detrás de todo haya un  inventor, una mente compleja, un personaje con unos poderes sobrenaturales, o un creador especializado en convertir en realidad sus fantasías o sus sueños. Pero, aún así, no acabo de ver la causa de hacer algo tan complicado y costoso, pero que produzca un rédito tan bajo y más si luego carece de utilidad y aprovechamiento. 
Bueno, será que en el más allá no existen los banqueros…

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