jueves, 22 de marzo de 2012




Angelines: la realidad de su ser


¿Cuáles serían, en realidad, sus pensamiento secretos, es decir, me refiero a los pensamientos secretos de Angelines, mi difunta mujer? O sea, aludo a esos pensamientos auténticamente libres, sin dictados externos ni ambages del inconsciente, es decir, los íntimos, los auténticos, aquellos que nos negamos a confesar y los guardamos allá escondidos en el fondo de nuestro cofre, en el recipiente considerado como el top secret de nuestros actos y de nuestros pensamientos; esas meditaciones, esas actitudes que solo exponemos, si acaso y con ciertos remilgos y excesivos adornos, ante nosotros mismos.

Las personas, por lo general, tendemos a expresar nuestras historias aderezadas al gusto, disfrazándolas como heroicos y magnificando nuestra manera de pensar… Angelines nunca presumía de ello, ni de lo que era capaz de hacer o de pensar, pero —creo— sí ocultaba aquellas acciones de las que no se sentía —en su conciencia— absolutamente orgullosa. En ese campo, el de las intimidades, era hermética; no dejaba participar a nadie, ni a los más cercanos a ella como era yo.

Yo ahora veo su fotografía y me pregunto, o le pregunto a ella si cabe: ¿Cómo eras en realidad? ¿Quién fuiste? ¿Y cuáles fueron tus anhelos espirituales? ¿Cubría yo todo tu requerimiento de amor? ¿Te era suficiente? ¿Te sentías llena de mí?

Pero, antes, dime: esas dotes de bondad y amor, de entrega, de limpieza de tu alma, ¿de dónde las sacabas?

Es muy mortificante para mí haber convivido durante 45 años contigo y no haber entrado en tus entrañas a través de tus venas, o, haciendo noche en tu corazón, y sonsacándote al amanecer los intimidades guardadas en él; y, después, tras transitar por tu alma, pasar a tu cerebro y convivir un par de días camuflado entre las neuronas. Y no parar hasta descubrir tus secretos.

¿Es, en verdad, la mujer más hermética que el hombre o es que éste —el hombre— la hace hermética a base de no interesarse por la realidad de sus sentimientos, o por hacer mofa sobre ellos, o por no entender su delicadeza y profundidad, o por la estructura diferente que encierra su corazón?

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