jueves, 4 de abril de 2013


Trataré de exprimir 
algunas gotas de dulzura
Sí, más o menos voy saliendo adelante y viendo las cosas con mayor claridad… Pero, claro, eso lo digo ahora y mañana pensaré o haré las cosas de otra manera, me desesperaré o haré como dice el poema de Herman Hesse, 
«Y trataré de exprimir algunas gotas 
de dulzura de mi temor y mi tristeza. 
Después escucharé el viento y la lluvia. 
Lucharé contra los latidos de mi corazón, 
desearé la muerte, 
temeré la muerte, 
imploraré a Dios. 
Hasta que pase todo, 
hasta que la desesperación se fatigue, 
hasta que consiga algo parecido al sueño y al consuelo. 
Así era entonces, 
así seguirá siendo hasta que llegue el fin. 
Una y otra vez tendré que pagar con estos días mi vida hermosa y amada. 
Una y otra vez volverán estos días y noches, 
el miedo, el hastío, la desesperación… 
Y aún así viviré, y aún así amaré la vida». 
Aunque, claro, mi inconsistencia es mi problema. 
Pero, por lo menos, cuento contigo, dulce Angelines. La mayoría de las cosas las rectifico o las mantengo pensando en ti, en agradarte a ti, en responder a tus deseos, o en tratar de quedar bien contigo. Y lo curioso es que noto tu ayuda, advierto tu apoyo. Los días que tú no estás presente en mi corazón, noto un vacío inmenso (como me ocurrió recientemente). Así de extraña es la vida y hay que aceptarla como es. Si en realidad eres tú o es mi imaginación quien elabora mis argumentos, hay que aceptarlo porque de alguna manera se está operando un milagro… Porque la vida es eso: un cúmulo de milagros, un diálogo permanente con las sombras, con uno mismo y con los demás, y formarse imágenes, y tener sueños, y elaborar ambiciones espirituales, y creerlo o no creerlo, según te dé, ya que en el fondo eso es lo que te ayuda a vivir, tanto lo procedente como lo improcedente. Y no deja de ser maravilloso cómo he prolongado tu vida, cómo te he hecho permanecer aquí y contribuir de alguna manera a que sigas viva para mí, con todo y los días de desarraigo, o de ausencias mortificantes. Creo que esa es la enorme ayuda que se nos da a los que somos mayores: que podemos construirnos una vida y, despojados de ambiciones materiales, analizar las cosas de otra manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario