lunes, 23 de abril de 2012



El espíritu del mar
Estoy paseando por la playa y en eso que se me acerca una niña americana, muy linda ella, como de unos 7 años, y me pregunta, así, sin más rodeos: «What is the spirit of the sea? Y yo, que para relacionarme con el idioma inglés y entenderlo tengo problemas emocionales (es decir, entendería más de lo que parece si prestara verdadera atención a lo que me dicen, pero cuando me hablan en esta lengua, me cierro en banda, me pongo nervioso y envío a mi entendimiento a pelar patatas a la cocina…).  Whaaaaat? le digo a la nena poniendo una cara de encontrarme un poco incómodo con el idioma que utiliza. Pero luego reacciono y le suplico que me hable más lento: Slowly, slowly , digo haciendo un gesto con mi mano como si estuviera botando una pelota. Entonces la nena, con una media sonrisa me da a entender que toda ella es comprensión hacia un lerdo de mi categoría, y me repite: ¡¡Whaaaat… iiiisssss… theeeeee… spiriiiit… of… theeeee… seaaaaa…???!!! (¿Cuáaaaaal… esssss… el… espíiiiiiiiiritu… deeeeeel… maaaaar…?) (sólo le faltó rematar la frase diciendo ¡¡coño!!  pero, claro, una niña tan pequeña no dice semejantes palabrotas… ) Y yo, mientras, pienso: el espíritu del mar, el espíritu del mar, ¿cuál puede ser el espíritu del mar…? Y la niña, mientras, mirándome y mirándome, con gesto de resignación, esperando una respuesta o pensando (en inglés, claro): ¡No creo que este viejo español lo sepa!. Mira, bonita, en este momento no se me ocurre la respuesta.¡Déjame que lo piense y luego, al regresar, te lo digo!, le replico a la niña en el lenguaje que los españoles solemos usar para entendernos. Entonces ella se me queda mirando abriendo mucho los ojos; repentinamente, da media vuelta y sale corriendo. Yo continuo mi camino por la orilla del mar pensando que, después de esto, ya nunca volveré a ser el mismo… ¡Qué inteligentes son estos niños americanos…! Claro, tanta computadora, tanto pab, tanto yo tube, tanto fun, chin, pu… Pero no puedo de dejar de pensar en el asunto. A ver si al regresar de mi caminata he averiguado cuál es el espíritu del mar y hago que esta nena reciba al menos a un español en su salón de las mentes desarrolladas.  Piensa, piensa con serenidad qué o quien puede ser el espíritu del mar… Claro, en caso de que el mar tenga espíritu, porque tal vez no pase de ser un charco de agua descomunal que solo nos da pescado y permite que unos barquitos naveguen por encima de él…  Tal vez contribuye también a que se desarrolle nuestro sentido poético.  ¿Será el mar el verdadero vehículo de la vida? ¿Será el que nos induce al amor? ¿O será el medio para que los dioses se comuniquen con nosotros, los mortales y nos hagan recapacitar sobre el desastre que somos…? ¿O pudiera ser la poesía? ¡Eso es: el encargado de desarrollar nuestro sentido de la poesía! ¡No lo pienses más!
Cuando regresé de mi caminata, busco a la niña, pero ya no se encontraba allí…  

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